
Un día para ti
Jun 16, 2024Uno de los comentarios más habituales que recibo durante las clases que hacemos por Madrid es: “llevo toda mi vida aquí y no sabía que esto existía” o “no me había fijado nunca”.
Yo les explico que es natural, porque la ciudad en la que vivimos es un espacio por el que nos movemos habitualmente con prisa y un objetivo determinado: ir a trabajar, ir al médico, ir a casa de un familiar, ir al cine, ir a comprar… Atravesamos calles y bocacalles, pasamos rápidamente por parques, nos movemos en transporte (público o privado) y siempre buscando el camino más corto o la ruta más óptima.
Nada más lejos de la manera de degustar los destinos vacacionales. Ahí sí que podemos recrearnos. Seguro que, además de visitar museos y monumentos, muchas veces dices: “vamos a caminar un poco la ciudad”. Decides ir a pie a ratos, aunque ello te ocupe más tiempo. ¡Claro! Estás ahí para disfrutar, para conocer, para descubrir.
Seguro que además tomas alguna fotografía, o bien posando en lugares o bien para recordar detalles que te gustan, muchas veces para poder compartirlo con tus allegados o en redes sociales.
Yo quiero proponerte que hagas lo mismo allá donde vives. Verás, siempre nos quejamos de que conocemos más lo de fuera que lo que tenemos, y es cierto, por lo que te acabo de relatar. Pero hay un truco: proponte dedicarle un día a descubrir tu localidad. Un día de vacaciones, pero sin moverte a otro lugar.
A continuación te dejo una serie de pasos para sacarle todo el jugo a esta experiencia.
Un día para ti
Planifica tu no-viaje con antelación
De la misma manera que cuando vas a viajar investigas sobre el destino (ya sea con guías físicas o buceando en internet), prueba a rastrear información sobre tu localidad. Quizá tiene un casco histórico bien conservado o, si es de reciente creación, puedes averiguar cómo y cuándo se planificó su desarrollo.
Selecciona algún elemento o elementos que te apetezcan conocer. Puedes además acudir a una oficina turística para que te informen de horarios de apertura de espacios visitables e, incluso, apuntarte a una visita guiada.
Lo que es importante es que dejes tiempo para poder pasear sin rumbo, simplemente para observar con detenimiento lo que te rodea.
Ten en cuenta algún momento de reposo.
No dudes en buscar alguna cafetería o un restaurante para poder detenerte entre actividades. A lo mejor hay algún elemento tradicional de la gastronomía que merece la pena probar. Así como cuando vas de viaje los buscas, ¿por qué no hacerlo en esta ocasión? Tendrás además más papeletas de saber si hay establecimientos enfocados a turismo pero que no tienen calidad, y podrás evitarlos.
Crea tu propio álbum de recuerdos.
Muchas personas cuando vamos de viaje, hacemos una barbaridad fotos. Muchas veces disparamos sin pensar, simplemente para que se vea que, efectivamente, estamos en un lugar determinado. Yo quiero proponerte enfocarlo de otra manera. Si quieres hacerlas, quiero que intentes ir al detalle y que cuando tomes la fotografía sea porque has visto o sentido algo específico. Por ejemplo, si estás callejeando, a lo mejor te llama la atención algún elemento de la fachada de un edificio. No hace falta que tomes una imagen general: puedes centrarte en ese elemento. Quizás te gusta cómo la luz se filtra entre los árboles y crea efectos en la calle o en un parque. Puedes intentar capturarlo. A veces una imagen más amplia, que capture un cruce de calles que muestran construcciones de diferentes épocas o, al contrario, homogeneidad entre todas, resulta resultona. Toma la foto.
Pero tómate tu tiempo. Caminar con una mirada curiosa y los sentidos atentos te guarda muchas recompensas. Para empezar porque vas a mantener la atención en algo que no es la interminable lista de tareas y compromisos que tenemos pendientes, y porque vas a recibir gratas experiencias sensoriales que sin duda tienen efectos beneficiosos en nuestra salud mental.
En solitario o en compañía.
A mí este ejercicio que te cuento me gusta hacerlo tanto sola como con alguna amistad. Ambas opciones tienen beneficios. De hecho, te animo a, si puedes, probar ambas. Por un lado, cuando vas por tu cuenta, tú decides todo y puedes aprovechar también para tener cierta introspección. Por otro lado, si vas con alguien, vas a vivir esta experiencia de diferente forma porque no es lo mismo decidir por tu cuenta todo que consensuarlo con otra persona, pero también tendrás la oportunidad de compartir sobre la marcha las impresiones y la alegría.
Un poco de inspiración para tus próximas incursiones
A mí me gusta mucho ir capturando imágenes cuando me muevo por Madrid, así que te dejo algunos ejemplos de las cosas en las que me fijo cuando estoy de paseo.
Espero que esta guía del no-turista (puesto que no te desplazas a ningún lugar), te sirva para reencontrarte con tu localidad de una forma agradable.
¡Si lo pruebas, cuéntamelo!
Cuídate mucho,
Ángela.
¿Quieres saber cuándo se publica un boletín y recibir pinceladas de arte? Únete al canal de whatsapp.
Solo puedo escribir yo y nadie puede ver si te has unido: privacidad total.