🧩Conexiones mentales 🧠

historias museos reflexiones Jan 18, 2025

¡Hola, hola!

En este boletín de sábado quería hablarte de algo que nos ocurre a todo el mundo cuando vamos a ver una exposición.

Verás, estos días estoy preparando la visita que vamos a hacer a la muestra Darse la mano, celebrada en el Museo del Prado, que pone en valor la unión entre escultura y color.

Dentro del proceso de preparación, que implica estudiar mucho, también hay que mirar. Por eso suelo visitar la expo varias veces y voy tomando notas no solo de lo que veo, sino también de lo que se me viene a la mente.

Sobre esto último quería hablarte hoy: sobre ese proceso mediante el cual empezamos a establecer conexiones y relaciones a partir de lo que se nos ocurre cuando vemos una obra de arte o un detalle de la misma.

Te pondré un par de ejemplos.

Esto lo he visto yo antes

Viendo un par de tallas de Juan de Juni, me centro en las decoraciones de la tela de los personajes. Fíjate que en este instante no estoy prestando atención a la identidad de la figura, sino que hago una especie de zoom visual justo justo a los motivos que adornan la túnica que lleva.

Juan de Juni, escultor. Juan Tomás Celma, policromador. Magdalena. Detalle. 

El detalle que te reproduzco a continuación es de la ficha en Ceres del Museo Nacional de Escultura, porque en el Museo del Prado está prohibido tomar fotografías 😢

Si te fijas en la tela, hay representados unos motivos que denominamos grutescos. La historia de por qué se llaman así la dejamos para otro día, pero conecta con el redescubrimiento de los espacios de la Antigua Roma en el Renacimiento.

Juni está operando en el siglo XVI y ha visitado Italia. Es de hecho uno de los responsables de instalar esas influencias en la escultura castellana.

Pues bien, esos grutescos me recordaron a otros concretos cuyos restos se encuentran en el actual Palazzo Vecchio de Florencia. No en sus salas más imponentes, sino en las que fueron las estancias privadas de la esposa del primer Gran Duque de la Toscana, Leonor Álvarez de Toledo.

Ella encarga a Ridolfo Ghirlandaio, hijo del Ghirlandaio que seguramente conozcas, la decoración de estancias. El techo del que hoy se llama cuarto verde, está decorado con grutescos, elaborados también a mediados del siglo XVI.

Cuarto verde del Palazzo Vecchio. Vista general y detalle. Ridolfo de Ghirlandaio. Imágenes de visit-florence-italy.com

Mira que los grutescos se emplean “a tope”, pero mi mente decidió establecer esa concretísima conexión. Quizá porque en su día hablé de ello en una píldora que di sobre Leonor de Toledo y otras dos mecenas de las artes, o quizá porque Florencia está siempre en mis pensamientos.

 

 

Las derivas de la mente

El otro ejemplo es más conceptual que de similitudes de imágenes, pero también sirve para ilustrar cuando una cosa nos recuerda a otra basada en nuestros recuerdos y experiencias pasadas.

Una sección de la exposición está destinada al teatro y las procesiones vinculadas a la escultura. Lo de las procesiones es evidente, pues en España tenemos una larga y extendida tradición. Pero la parte del teatro me hizo recordar una ponencia de Alfredo Sanzol en la que hablaba de que, en la Anunciación de Fra Angelico, el Ángel no es tal, sino una persona disfrazada, debido a cómo se ve la colocación de las alas.

Detalle de las alas de la Anunciación de Fra Angelico del Museo del Prado. 

En esta charla conectaba la pintura con otra forma de dar vida a los hechos sagrados: la representación teatral. Sanzol defendía que la recreación de momentos de Fra Angelico era completamente teatral y partía de los escenarios y obras que reproducían exactamente lo mismo que él tenía que contar mediante la pintura.

En la exposición se habla de la teatralidad de la procesión y de las esculturas dispuestas para ello, con esas composiciones tan elocuentes de figuras muy expresivas.

Mi conexión entre esta sección de la exposición y la charla sobre la copia de elementos teatrales en las obras de Fra Angelico me llevó a pensar cómo la visualización de lo sagrado y lo divino era completamente multidisciplinar, con pinturas, esculturas (elaboradas de tal forma que parecían dotadas de vida) y representaciones en las que personas encarnan personajes sagrados.

Estoy convencida de que tú también recuerdas muchas cosas cuando estás en exposiciones. Pueden tener o no que ver con el arte, porque nuestra mente funciona así, estableciendo conexiones constantemente.

Te invito a prestar atención a estas derivas mentales la próxima vez que visites una muestra y, si recuerdas algo similar, me lo compartas.

De momento, eso es todo.

Nos leemos la semana que viene.

Cuídate mucho, Ángela.

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