Arte, mitología y pasiones

Sep 27, 2024

¡Hola, hola!

Vamos con el último boletín de septiembre. Esta semana, a raíz de la píldora de arte que di en el Club sobre arte y mitología, quería dedicar unas líneas a la fascinación que nos han provocado los mitos clásicos a lo largo de la historia.

Y es que tienen unas historias que superan a los mejores culebrones que se hayan hecho nunca. Quizá porque tienen de todo: conflictos atemporales como peleas intergeneracionales, amores y desamores, envidias, traiciones, venganzas… Todo tema presente en cualquier narración está presente primero en la mitología.

Además, en el caso de la mitología clásica (griega y latina), hay algo que al principio puede sorprender pero que finalmente puede ayudar a empatizar: y es que los dioses son muy humanos. En ocasiones son incluso demasiado humanos, en tanto que se dejan llevar por las pasiones aunque haya señales que les avisan de que la cosa puede salir muy mal.

Hay un episodio de la Guerra de Troya, el conflicto en el que los intereses de dioses y humanos se encontraban mezclados, en el que un personaje del que hablé en la clase del Club, tiene un papel muy importante.

Se trata de Tetis, la nereida, casada con Peleo y madre de Aquiles, personaje central en el conflicto.

Tetis ya conoce que el destino de su hijo está sellado, pues así lo ha escuchado en una profecía. De hecho, en el pasado intentó por todos los medios mantenerlo alejado de la guerra.

A pesar de todo ello, Aquiles acabará siendo reclutado para participar en la ofensiva aquea contra Troya, gracias a que Odiseo (Ulises) da con él y le convence.

Pero tras varios años de guerra, Agamenón ofende a Aquiles al arrebatarle a su esclava, a lo que él responderá negándose a luchar y solicitando a su madre que interceda ante Zeus. Lo que busca es, desde su cólera, vengarse, pidiendo que el rey de los dioses favorezca a los troyanos. Él no sabe, claro, que cuando su favor se cumpla, la vida de su querido Patroclo será el precio a pagar.

Pero volvamos a Tetis. Quiero mostrarte una pintura muy famosa que además se realiza más de dos mil años después de que se recogieran estas historias.

A partir del neoclasicismo se retoma con fuerza la representación de escenas mitológicas y se recuperan no las lecturas latinas sino las fuentes griegas, buscando así dotar de cierta literalidad a la representación en imágenes de pasajes.

La que te muestro hoy es precisamente la recreación del momento en que Tetis acude a Zeus a pedirle que cumpla el deseo de Aquiles y, en venganza a su deshonra, se lo ponga muy difícil al bando aqueo.

Es una pintura de Jean-Auguste-Dominique Ingres, el maestro francés que camina entre el neoclasicismo y el romanticismo. Sus obras son muy conocidas y seguro que has visto más de una alguna vez. Era un “crack” en trabajar con el dibujo y las formas para conseguir la armonía, aunque ello implicara deformar las proporciones naturales del cuerpo o colocar las figuras en posiciones imposibles.

Obsérvala bien y lee el texto que viene a continuación.

 

Júpiter y Tetis. Ingres. 1811. (Júpiter es la versión romana de Zeus)

 

Se sentó delante de él mismo, le abrazó las rodillas

con la izquierda y, asiendo con la diestra su barba por debajo,

dijo, suplicante, al soberano Zeus Cronión:

«¡Padre Zeus! Si alguna vez entre los inmortales

te he favorecido de palabra o de obra, cúmpleme este deseo:

505 honra a mi hijo, sujeto al más temprano hado entre todos

y a quien, además, ahora Agamenón, soberano de hombres,

ha deshonrado y quitado el botín y lo retiene en su poder.

Mas tú véngalo, providente Zeus Olímpico,

e infunde poderío a los troyanos, hasta que los aqueos

den satisfacción a mi hijo y lo exalten de honores.»

Homero. Ilíada . 500-510. Gredos.

 

¿Te has fijado en que Ingres ha representado a Tetis sentada exactamente tal y como se describe en la Ilíada? Delante de Zeus, abrazándole las rodillas y sosteniéndole la barbilla. La actitud de Zeus, mirando impertérrito al frente, refleja lo que ocurre a continuación pero ya no te reproduzco por no alargar. Pero él se mantiene en silencio y ella ha de insistir en el que le dé una respuesta.

En realidad, Tetis está poniendo a Zeus en un brete porque esa actuación irá directamente en contra de los intereses de Hera, su mujer, y Atenea, aquella que nació de su cabeza. Pero eso es una historia que tiene que ver con qué desencadenó la Guerra de Troya, y es un episodio bastante largo y enjundioso.

Como ves, los asuntos de los dioses son complicados pero están cargados de acciones y emociones que hacen que nos identifiquemos con ellos. ¿Qué madre o padre no ha ayudado a su descendencia alguna vez haciendo todo lo posible? ¿Y que hay del instinto de proteger por todos los medios a un ser querido aunque todo apunte a que será una empresa inútil?

Al final estos conflictos son los de los seres humanos, ya sea el 800 a.C. , el siglo XIX o el siglo XXI.

 

 

Espero que te haya gustado el boletín de hoy y, si esto de la mitología te atrae, te recuerdo que el sábado que viene, 5 de octubre, vamos al jardín de El Capricho de la Alameda de Osuna.

Además de un espacio natural precioso, está cargadísimo de referencias mitológicas. Todas ellas conforman un delicado programa iconográfico que habla de la manera de comprender la relación con la naturaleza durante la ilustración y la posterior llegada del romanticismo.

Queda alguna plaza y te puedes apuntar PULSANDO AQUÍ.

 

De momento eso es todo.

¡Nos leemos la semana que viene!

Cuídate mucho,

Ángela. 

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